Jugando al escondite.







 Por fin con un apoyo que la mantega en pie.



La base son sobras de piezas de un tejado. Pino de Soria encajado a media madera y un puntal de obra cortado y que se encastra en la madera.
Toda la obra tratada con aceite cera para darle brillo. Encontró su lugar junto al fuego.









Encontré dos piezas de madera en un prado. Unas piezas abandonadas hacía años, décadas...  Madera de sabina, un árbol de crecimiento muy lento y hoy día protegido. Estas piezas fueron parte de alguna construcción, cuando empecé a trabajar en una de ellas, los restos de cal me lo indicaron.

Unas  veces dejando que mis gubias fueran guiadas por sus retorcidas vetas, en otras ocasiones luchando contra ellas llegué hasta lo que ahora veis.

 ¿Está acabada la obra?