El bambú es un material de construcción con muchos siglos de historia, se ha construido de todo con el en diversos puntos del planeta. Sin embargo para nuestro entorno es algo relativamente nuevo. Y lo que es más novedoso, es el uso de este material para la fabricación de materiales industrializados en la construcción. Las tarimas son uno de estos nuevos productos.
Nos venden el bambú como algo
sostenible, que evita la deforestación de nuestros montes, algo
natural... Criterios de sostenibilidad cuestionables por otros problemas
que conlleva (deslocalización de la producción, transporte.. ) Como
todo, este producto tiene sombras y luces. Pero, si lo elegimos por este
criterio, ¿no debemos intentar que su montaje sea consecuente? La tarima, clavada o fijada con tirafondos evitará el uso de adhesivos químicos. Grapada con Aise también será reurtilizable.
Hay tarimas fabricadas con piezas y también tarimas fabricadas de fibras de bambu por medio de prensa y aglutinantes. Hemos usado esta última para nuestro experimento de montaje con Aise Tarima Fácil.
Para evitar el recrecer niveles con mortero al montar una tarima de bambú, evitar materiales que añadan humedades y tiempos de espera en el montaje, podemos rastrelar la superficie.
El bambú es lo suficientemente denso y rígido como para ser rastrelado a pesar del mínimo grosor habitualmente de esta tarima (15 mm)
Podemos aprovechar este tradicional sistema de montaje para un material nuevo.
Aqui está el resultado de nuestro experimento!